Elija Bien

 

La clave está en elegir la fuente luminosa (el nuevo bombillo) por sus características, las cuales determinan en qué superficie o área su desempeño será el mejor. De por sí los LED consumen tan poca energía, que siempre van a ahorrar.

Es importante tener en cuenta que la elección de un LED ya no se produce de acuerdo con el vatiaje, como sucede con los bombillos incandescentes.

De hecho, “no se puede afirmar que un LED de tres vatios es más luminoso que uno de un vatio”, comenta Sabine Kruck. No obstante, los fabricantes especifican en los empaques a qué tipo de bombillo incandescente reemplaza y qué cantidad de luz genera, para que las personas sientan familiaridad con el producto.

Igualmente las lámparas mantienen características como la forma del bombillo y la base para su instalación, así como los contactos que utilizan las luces halógenas y su diseño.

Aunque el periodo de vida de los focos LED es de años, e incluso décadas, con el tiempo pierden luz. Hasta el 70 por ciento de su capacidad es imperceptible para el ojo humano, momento en el que los grandes fabricantes recomiendan su cambio. Unos 50.000 horas después de haberlo prendido por primera vez.